miércoles, 24 de julio de 2013



Paseo por el News Feed de Facebook, veo esta imagen, me detengo, la leo y pienso... no es verdad. No totalmente, al menos. Un ejemplo: yo me considero una persona buena, pero de esas tan buenas que llegan a ser tontas. Y no es que sea así esperando que se me devuelva, porque generalmente son actos random que simplemente ocurren. La cosa va por otro lado, ¿Qué pasa cuando haces algo por alguien especial, esperando una pequeña señal de aprecio? Quizás ese es el error número uno. 

Como seres humanos, siempre vivimos esperando. Esperamos que el tiempo pase, esperamos encontrar la felicidad, esperamos que la suerte llegue, y también esperamos gestos. Pero hay que reconocer que no somos todos iguales. No todos van a reaccionar como uno esperaría. O como uno reaccionaría. Es una idea que debemos asimilar antes de decepcionarnos la próxima vez. 

A veces nos sentimos defraudados por pequeñas cosas; un llamado que no llega, una visita que no se concreta, un plan que nunca pudo ser. Y eso que eso se debe meramente a una cosa: vivimos del pasado. De tiempos mejores. De recuerdos. Pero let's face it, no sería mejor vivir con la cara hacia el futuro, emocionados por lo que va a pasar? El futuro lo podemos moldear de tal manera para no sentirnos nuevamente desilusionados. Porque uno crece y aprende de las caídas, así como también se aprende que la gente no es del todo mala, sólo somos distintos.

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