lunes, 26 de diciembre de 2011

Mamonery

Desenfreno navideño y no hice nada. Bajón. Pasé la noche leyendo tarjetas de navidad y viendo fotos de la familia y el pololo. Ni ahí con carretear, quedan tres meses para hacerse pico (con chela de 3º). El trabajo piola; rutinario, pero haciendo amistades nuevas. Los gringos siguen tan amables como siempre, al parecer los latinos acá son bien recibidos (pero somos una plaga). De repente pienso que invertí plata en venir a conocer y practicar mi inglés, pero ciertamente no hablo nada: cuando le hablo en inglés a un cliente PAF! resulta que es latino y pregunta "de donde eres?" y yo "de Chile" y así se arma una conversación amable, pero hispana. Y cuando te subes a la micro y ves las caras, sabes que el Español se apodera del transporte, y si vez muchos Chilenos hasta escuchas un "C-H-I" para nada tímido. Pero me gusta, me estoy adaptando. Tampoco hay otra opción. Cada día que pasa es un día menos para volver, y eso me hace querer disfrutar aún más este tiempo.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Park City, UT: día (1, 2) 3

Llegamos a Utah hace dos días, y aún espero el momento de caer en que esta aventura ya empezó. Las despedidas fueron intensas, pero apreciadas. Mirando a través de la ventanilla durante el despegue del primer avión sentí un hormigueo temeroso y ansioso; quería dejar tantas cosas atrás, así como también quería ir en busca de otras. Diez horas después nos encontrábamos perdidos en el aeropuerto de Atlanta. La gente no es amable con los extranjeros (o los latinos, tal vez), pero es cosa de uno hacerse paso entre la multitud. Dos horas después nos embarcábamos hacia el segundo avión que nos llevaría hasta Salt Lake City, y los nervios aumentaban. Luego de cuatro horas aterrizamos en la fría y congelada pista de aterrizaje del aeropuerto de SLC, y los accesorios de invierno se apoderaron del ambiente. Una chica nos esperaba para transportarnos a Park City, así que era cosa de caminar al auto... pero paf, el shock del aeropuerto hacia el exterior fue tremendo, pasar de 20ºC a 2ºC no es menos. Fue un viaje de unos veinte minutos, donde la vista no difería de fábricas y monumentos mormones, pero ya subiendo hacia Park City podías sentir los oídos tapados y los pies cada vez más fríos. La chica nos dejó en la puerta de la residencial, y nos dirigimos a la habitación. Una niña Argentina vivía hace varias semanas en la pieza, así que nos instalamos sin invadir su privacidad. Es bonito el lugar: camas cómodas, calefacción, ducha caliente. Los autobúses pasan afuera y son gratis, una gran ventaja para inmigrantes perdidos. Apenas llegamos un montón de gente nos vino a saludar; Chilenos, Peruanos, Argentinos, Paraguayos, todos muy buena onda. Ordenamos un poco y partimos al Resort a hacer nuestro papeleo. Había nieve, pero nada del otro mundo, y para ese entonces ya nos habíamos acostumbrado a las bajas temperaturas. Llegamos al Snow Park Logde y preguntamos por Recursos Humanos. Los empleados (MIL BUENA ONDA) nos llevaron y comenzamos a llenar nuestra ficha, para luego sacarnos la foto para la ID card y en un mapa ver como llegar a diario a la pega. Todo parecía de mentira; el ambiente navideño, la nieve, los gringos tirando tallas en inglés pensando que no entenderíamos, y cientos de detalles más. El Resort es enorme, lleno de vida y niños rubios amenazando a sus padres con los skies para obtener lo que quieren. Terminando eso volvimos a la residencial, para luego caminar hacia el Fresh Market. La comida en general no es cara, pero la sobreexposición de junk food te supera: en TODOS los pasillos encuentras frituras, chocolates, barras de proteína y caramelos, y digo en TODAS PARTES. Compramos agua y sopas. Volvimos a la pieza por una ducha y a la cama, los chicos debían trabajar al día siguiente, y yo debía recuperarme del famoso jet lag, que realmente es horrible. 

 Quince horas después desperté sola y repuesta. Me levanté y salí a comprar. Fui por almohadas, leche y cereal. La cajera no me entendió mucho (al parecer el acento británico no es conocido acá), así que a señas me tuve que hacer entender. Ahí mismo acabé de comprender la diferencia entre un penny, un dime, un nickle y un quarter (monedas de varios centavos). Volví a casa para esperar a mis roomates, y luego nos dirigimos a Walmart (donde NO nos recibió Josefina Correa) a comprar pizza y cerveza para nuestro primer carrete inmigrante. Vale decir que en Utah es ilegal vender alcohol en los supermercados, sólo se vende cerveza (que no supera los 3º de alcohol). De vuelta fuimos a la parrilla que está al aire libre (a las 9 pm ya habían un 0ºC) y fuimos recibidos por varios Paraguayos y Peruanos. Todo bien hasta que un gringo latino-hater apareció de la nada y nos empezó a insultar tipo "hey women, grow the fuck up, we're in America" y nosotros con cara de "chúpame un huevo". Finalmente se calentaron los ánimos y el gringo nos fue a acusar (que lindo) con el manager del hostal, quien llamó a la policía. Para evitar dramas y asesinatos, nos fuimos a tomar a la pieza de unos Chilenos, quienes GRACIAS A LA VIDA se trajeron 9 botellas de pisco de Chile, así que fue una tertulia bien amena. Luego de varias conversaciones partimos a dormir; los días acá terminan antes, y las noches son largas y frías.

Hoy desperté algo más temprano, sola de nuevo. Abrí las cortinas y ver la nieve caer me trajo un aire de ánimo increíble. Prendí el computador y llamé a mi madre y abuela por Skype. Conversé con mi pololo y me comí un plato de cereal con leche. Una chica Argentina tocó la puerta pidiendo ayuda informática, hice lo que pude. Orderé un poco, vi MTV (lo único decente acá, extrañamente) y me preparé para salir. Pero apenas pisé la calle una vestisca de nieve me azotó la cara y podías sentir el hielo quemando tus pómulos. Varios chicos estaban en el paradero esperando micro, y me invitaron a ir con ellos, pero sentí ganas de caminar en la nieve. Me apresuré hacia la tienda y compré agua y una barrita de chocolate. Un caballero me vio llena de nieve y dijo "beautiful!", no sé qué tan linda me veré con nieve hasta en las pestañas, pero bueno. Ahora me encuentro de nuevo en la pieza. Dejó de nevar y me tomaré un té. Mañana es mi primer día de trabajo, tengo miedo y ansiedad, así que por mientras seguiré escribiendo y esperando a las roomates para saber de su día.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Fifteenth

Hours and days and months have passed. I think you are standing outside, yet I do not want to confirm such perception, I rather just leave, 'cause today I feel fine. It's crazy how time flies. It's funny how people change. And today, my friend, today is a good day.

sábado, 10 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Hoy

HAPPY/ˈhapi/ 
adjective (happierhappiest)
  • 1 feeling or showing pleasure or contentment.
  • ■ willing to do or accept something.