sábado, 29 de junio de 2013

Desde pequeña siempre me gustó mucho escribir. Y si, debo reconocerlo, Periodismo fue una de mis opciones al momento de postular a la Universidad. Pero vamos, todos somos periodistas, todos escribimos, todos leemos, todos somos "expertos" en algo. Pero es justamente eso lo que me empelota a veces. Una cosa es tener opiniones, pero otra es informarse, construir una idea, debatir, ser tolerante, barajar posibilidades y luego de todo eso disparar. La gente que tiene una opinión para todo no me simpatiza.

Siempre he pensado lo mismo, y no de manera despectiva. Por ejemplo a mi me encanta opinar de las cosas que sé: bandas que conozco, películas que he visto, libros que he leído, etc. Uno sigue una línea en la vida y se va informando respecto a ello. Pero, hoy por hoy, las redes sociales (y en especial Twitter) se han convertido en una plataforma de opinólogos fáciles. Un diario en la mano, revista en la otra, un ojo en el televisor y el otro en la pantalla del computador. Listo, retuitee mi opinión. 

La vida se ha hecho tan simple que ya nadie se molesta en ver más allá. En LEER. En negrita y cursiva. Tu videojuego es malo porque me demoré tres días en terminarlo. Allamand no puede ganar las elecciones porque su franja fue la peor de todas. No soy homofóbica, pero porfa hay dos hombres a mi lado y ojalá dejaran de darse besos. Patético.

La gente es avara y quiere tenerlo todo, menos el conocimiento para ser catalogado como gente en si. Como persona. Ciudadano. Ser humano. Y así poder construir comunicación. Debate. Tolerancia. Una torre de dimes y diretes que no son más que ganancias para nuestro intelecto.

Y no es necesario que mate árboles o gaste su dinero en papel, porque si está leyendo ésto, entonces también puede leer el diario online :) 

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